Desde ese día
No he besado al viento,
No he besado a Dios,
Por que mis labios son más sagrados.
No he besado la lluvia,
Y tampoco el abandono,
Por que sigo aún sin resignarme.
No he besado flores,
Ni siquiera a la esperada muerte,
Por que yo siempre te he sido fiel.
Desde ese día, todos mis besos te pertenecen.
* Anónimo, muchas gracias por la corrección
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