No hay nada

No hay nada mas sexi que un libro de pasta dura.
Nada mas agradable que el aroma que desprende las hojas de un libro.
Nada mas provocativo que una hoja en blanco.
Nada mas bello que un poema de Castellanos.
Nada mas maravilloso que un cuento de Borges.
Nada mas atractivo que una edición aniversario de lujo.
Nada mas encantador que las ilustraciones de un libro antiguo.
Nada mas inspirador que un ensayo de Arreola.
Nada mas emocionante que pisar una librería.
Nada mas sensual que deslizar la pluma por el papel.
Nada mas seductor que un libro abierto.
Nada mas apasionante que una lectura.
Nada mas hermoso que escribir.
Nada mas escultural que un librero lleno.
Nada mas armonioso que una rima de Storni.

Nada, no hay nada.

Excepto tus ojos, tu espalda, tus manos, tus labios, tu pelo, tus dedos, tu pecho, tus uñas, tu ombligo, tu cuello, tus oídos, tus piernas, tus pies, tu cuerpo, tu mirada, tu sonrisa, tus palabras, tus silencios, tus anhelos, tus tristezas, tu alegría... No hay nada.

Nada excepto tú.