Ya es Otoño, y el viento traspasa
mi corazón cavilante.
Caerá rendido como las azufradas hojas,
ligeras a las caricias del viento?
Hay un áureo sendero que sigue
cubierto de hojas caídas,
y me invade el temor de seguir caminando
y en un paso aplastar mi corazón desplomado.
29/9/10
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