Dios se rasca la espalda con un tenedor
Mientras tú me dices adiós.
-No, eso no es un poema.
-Bueno. Haber.
Dios se rasca la espalda con un tenedor desechable
Mientras tú me dices adiós.
-No, eso tampoco es un poema.
-….
Dios no existe. Y por lo tanto tu tampoco.
Así que déjame hacer mis poemas como quiera.
-…. Esta bien pues, pero sígueme rascando.
6/4/11
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