No sé preparar chocolate. Pero me lo preparo con todo el
amor que le puedo dar a lo que queda de mi cuerpo cansado al terminar el día.
Son esos los únicos momentos que tengo para mí.
Estoy agotada.
El deseo desesperado de entrar en coma. Y dormir. Y no hacer
nada, más que ver pasar el tiempo pensando solamente en nada.
¿Hace cuanto que no me detengo?
Vuelvo a dormir bajo kilos de cobijas y entonces, y solo
entonces, de repente, me siento como en casa...